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viernes, 27 de marzo de 2009

EL CANCER Y LOS ADOLESCENTES



La mayoría de la gente no suele relacionar el cáncer con los adolescentes. El cáncer es más frecuente en los adultos, de modo que es probable que conozcas a alguien que lo ha tenido, como un familiar mayor que tú o un pariente de algún amigo tuyo. Pero los adolescentes también pueden desarrollar algunos tipos de cánceres. Lee este artículo para aprender cosas sobre el cáncer y su tratamiento.

¿Qué es el cáncer?
La palabra cáncer, en realidad, abarca un conjunto de enfermedades, en vez de referirse a una sola. De hecho hay más de 100 tipos de enfermedades que se engloban bajo este término. Lo que todas ellas tienen en común es el tipo de células implicadas; las células son las unidades diminutas que componen todos los seres vivos. El cáncer (también conocido como neoplasia maligna) se desarrolla cuando las células empiezan a crecer y multiplicarse de forma incontrolada.

Las células normales crecen y se dividen durante determinado período de tiempo hasta que acaban muriendo. Pero las células cancerosas siguen creciendo y se siguen dividiendo. Al final, se concentran formando tumores. Los tumores son bultos formados por aglomeraciones de células cancerosas que pueden interferir con el funcionamiento normal del cuerpo. A veces las células se desprenden del tumor e invaden otro tejido u órgano, lo que recibe el nombre de metástasis.

Por mucho que pueda asustar la palabra cáncer, la mayoría de los cánceres se pueden tratar y controlar y muchas personas con cáncer mejoran y pueden hacer vida normal.

¿Cómo se desarrolla el cáncer?
Nadie sabe exactamente por qué algunas personas desarrollan cáncer y otras no. Los científicos e investigadores están trabajando para descubrirlo. Esto ayudará a saber si es posible prevenir el cáncer.

De todos modos, los médicos tienen algunas ideas sobre por qué la gente puede desarrollar un cáncer. Los principales factores implicados son la genética y determinados desencadenantes ambientales y de comportamiento.

Se cree que la tendencia a desarrollar algunos tipos de cáncer se hereda — es decir, los genes con los que naciste podrían implicar que tú presentaras una predisposición al cáncer. Por ejemplo, si un pariente cercano tuyo ha tenido cáncer de mama o de colon, tú tienes más probabilidades de heredar la tendencia a desarrollar esos tipos de cáncer, aunque es posible que nunca los llegues a desarrollar.

Algunos desencadenantes de comportamiento y ambientales pueden provocar cambios en las células que hacen que sean proclives a convertirse en células cancerosas. Por ejemplo, se sabe que el hecho de fumar incrementa el riesgo de cáncer de pulmón. Exponerse demasiado sol incrementa el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Estos tipos de desencadenantes van actuando lenta y paulatinamente en el cuerpo, de modo que es posible que los cánceres que pueden desencadenar no aparezcan hasta que la edad adulta. Ésta es una de las razones de que los adolescentes no desarrollen el mismo tipo de cánceres que los adultos.

Los médicos saben a ciencia cierta que el cáncer no es contagioso, por lo que no debes preocuparte de que te lo "pegue" alguien o de "pegárselo" a otra persona (aunque las personas afectadas por determinadas enfermedades, como el SIDA o la hepatitis son más vulnerables a ciertos tipos de cánceres). El cáncer nunca es culpa de nadie. Sencillamente es falso que las personas con cáncer hayan tenido que hacer algo malo para desarrollar la enfermedad.

¿Cómo se sabe si una persona tiene cáncer?
El primer indicador del cáncer es un síntoma — una señal de que algo va mal. Hay muchos indicadores diferentes de que una persona puede tener cáncer, del mismo modo que hay muchas formas diferentes de esta enfermedad. Algunos de los síntomas más frecuentes del cáncer son:

agotamiento
inflamación o bultos en determinadas partes del cuerpo, como el abdomen
dolores de cabeza
visión borrosa
náuseas
dificultad para andar o mantener el equilibrio
Tú eres el único que sabe cómo funciona tu cuerpo y cómo te encuentras cuando estás sano. Si no te encuentras bien, es mejor que se lo digas a un adulto para que te lleve al médico, quien evaluará tus síntomas. El cáncer, al igual que la mayoría de enfermedades, es más fácil de tratar cuando se diagnostica al principio, de modo que, cuando tengas alguna duda sobre tu estado de salud, lo mejor es que vayas al médico.

Si un médico sospecha que una persona puede tener cáncer, le mandará diversas pruebas. Éstas pueden incluir análisis de sangre, en los cuales se examinan las células sanguíneas al microscopio para detectar posibles anomalías, radiografías o resonancias magnéticas, estas dos últimas para detectar posibles tumores. Para emitir un diagnóstico de cáncer, los médicos a menudo practican biopsias. Este procedimiento consiste en extirpar un pequeño fragmento de tejido para examinarlo a fin de detectar la presencia de células cancerosas.

¿Cómo se trata el cáncer?
La mayoría de cánceres tienen tratamiento, sobre todo los tipos de cánceres que tienen más probabilidades de desarrollar los adolescentes. La cantidad de gente que vence al cáncer crece cada año debido a los avances en el tratamiento de esta enfermedad.

Hay tres métodos principales para tratar el cáncer: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Puesto que el cáncer es diferente en cada paciente, el programa de tratamiento para cada persona estará diseñado individualmente para ella. Una persona con cáncer puede tener que someterse sólo a uno de estos tratamientos o a una combinación de ellos. Los médicos especializados en el tratamiento del cáncer se denominan oncólogos.

La cirugía permite extirpar el tejido canceroso. Dependiendo de la ubicación del tumor, la intervención será sencilla o complicada, pudiéndose hacer en régimen ambulatorio (sin que sea necesario hospitalizar al paciente) o bien requerir hospitalización. Generalmente, el cirujano extirpa el tejido canceroso junto con una pequeña parte de tejido sano que rodea al tumor para asegurarse de que ha extirpado todo el tumor y que las células cancerosas no seguirán extendiéndose.

El tratamiento del cáncer consistente en administrar medicación se conoce como quimioterapia. Algunos cánceres responden bien la quimioterapia, que frecuentemente se puede administrar en régimen ambulatorio. Cuando una persona se somete a quimioterapia puede experimentar náuseas, fatiga, caída del cabello y otros efectos secundarios. Algunos de estos efectos adversos ocurren porque los medicamentos que se utilizan en la quimioterapia pueden destruir algunas células sanas en el proceso de aniquilar a las células malignas. Transcurrido un tiempo, estas células sanas empezarán a crecer de nuevo y los efectos secundarios desaparecerán.

La radioterapia es otro método para tratar el cáncer. Una persona con cáncer que tenga que recibir radioterapia probablemente será tratada por un oncólogo radiólogo, un médico especializado en el uso de las radiaciones para matar a las células cancerosas. Las máquinas de radioterapia emiten unos rayos X muy potentes, o electrones de alta potencia, sobre la parte del cuerpo afectada por el cáncer. Tras sesiones repetidas de altos niveles de radiación, muchos tumores cancerosos disminuyen de tamaño o desaparecen.

La radioterapia generalmente es indolora, pero puede tener algunos efectos secundarios. Éstos pueden incluir la fatiga, náuseas, vómitos o diarrea. Algunos pacientes se quejan de que parece como si tuvieran una quemadura solar que el área de piel que ha recibido la radiación. Pero la mayoría de estos efectos secundarios son temporales.

Afrontar el cáncer y recuperarse del cáncer
El hecho de tener que afrontar el cáncer y someterse a los tratamientos contra el cáncer puede alterar considerablemente la vida de una persona durante un tiempo. La gente con cáncer a menudo necesita el apoyo y la ayuda de muchas personas diferentes para que se encarguen de las cosas que tienen que hacer. Por ejemplo, los adolescentes con cáncer pueden necesitar que un tutor se desplace a su casa para que les ayude con los deberes y demás tareas académicas, y los adultos con cáncer pueden necesitar ayuda en las tareas domésticas o en sus profesiones. A muchas personas les ayuda hablar con un terapeuta o un psicólogo profesional sobre las implicaciones emocionales de afrontar un problema de salud grave.

Es posible que oigas a los médicos hablar sobre el pronóstico de una persona con cáncer. Un pronóstico es una estimación de lo bien que esta funcionando el tratamiento en esa persona y de las probabilidades que hay de que el cáncer se reproduzca.

Después de que un paciente se someta a cirugía, radioterapia y/o quimioterapia, el médico le practicará una serie de pruebas para comprobar si sigue o no teniendo cáncer. Cuando no hay signos de que el cáncer siga activo, se dice que se ha producido una remisión. La remisión es la meta de todo tratamiento contra el cáncer. A veces, es necesario aplicar un tratamiento adicional, como la quimioterapia, durante un tiempo para mantener la remisión e impedir que las células cancerosas se vuelvan a reproducir.

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